90.000 profesionales de enfermería infectados del COVID-19

La situación que actualmente azota a el país está teniendo su foco tanto profesional como mediático en los profesionales sanitarios, siendo, entre otros, la enfermería centro de muchas noticias.

Como bien hemos conocido todas y todos durante estos días, los profesionales sanitarios estamos afrontando esta situación con un déficit en materiales y recursos humanos. Todo ello, conlleva que los protocolos de actuación ante pacientes infectados de COVID-19 sean modificados y planteados dentro de las posibilidades que se muestran, más específicamente, dependiendo de los materiales de los que disponemos.

Según datos adquiridos del Colegio General de Enfermería de España, actualmente, hay más de 300.000 profesionales de enfermería en España. Si tenemos este dato en cuenta y simulase el contagio únicamente 1 de cada 10 enfermeras, estaríamos hablando de alrededor de 30.000 enfermeras infectadas del COVID-19. Además, sabiendo que los contagios se puede realizar durante una situación asintomática de la persona y la tasa de contagio por persona se encuentra superior al 2, rondarían los 90.000 profesionales de enfermería portadores de este virus. Obviamente es un número que se queda muy bajo en comparación al número al que ascendería al sumarle al porcentaje de profesionales de la medicina, auxiliares de enfermería, celadores/as, limpiadoras/es… y todas aquellas profesiones que forman parte de la sanidad española.

Actualmente, los estudiantes de enfermería de 4º curso se han unido a este equipo de profesionales que están afrontando la situación. El Gobierno, como se ha dado a conocer por los medios de comunicación, ha dado la posibilidad a los estudiantes de último curso del Grado de Enfermería de ayudar en todo este proceso bajo la denominación laboral de “auxilio sanitario”. Para los estudiantes ha supuesto adelantar su inicio en el mundo laboral casi 3 meses, circunstancia que, unida al COVID-19, supone un estrés añadido al comienzo en el mundo laboral. Algunos de los compañeros que se han inmerso en esta situación identifican un sentimiento previo de miedo e incertidumbre al no verse preparados para este inicio y ver que no hay suficientes equipos de protección. Ante ello, nuestros compañeros, no huyen ni se echan para atrás sino que afrontan esta situación bajo el sentimiento de voluntariedad que caracteriza a nuestra profesión, abrigados por los profesionales de enfermería que se han vuelto compañeros de trabajo antes de lo esperado.

Somos profesionales sanitarios, pero desgraciadamente también vectores. El principal cortafuegos para que dejemos de ser vectores son los materiales de protección, que actualmente escasean, llegando al punto de tener que ponernos bolsas de basura por encima de los trajes para poder impermeabilizarlos. Desgraciadamente, el título de este artículo muestra una realidad pesimista de la situación pero no muy lejana si la misma no mejora.

Nuestra seguridad es el punto de partida para frenar la propagación de este virus.

MUCHO ÁNIMO A LOS ESTUDIANTES DE 4º CURSO!

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